11 oct 2016

El mayor mito sobre la muerte

¿LA MUERTE YA FUE VENCIDA?

La mezcla de creencias entre el cristianismo y el culto a la muerte ha generado un absurdo mito, que los cristianos han adoptado como su carta de triunfo cuando de atacar a un devoto de la muerte se trata; lo peor es que muchos devotos de la "santa" muerte, católicos desde luego, no han hecho otra cosa más que agacharse y mover discretamente la cabeza afirmativamente frente a esta aseveración, aunque después se defienden tímidamente con el argumento de que tras su avasallante victoria, fue ese mismo dios judeocristiano quien le devolvió el trabajo a la muerte, y la añadió a  la gran nómina de santos y vírgenes que conforman su  vasta empresa. De ese modo es como nace la "santa muerte", los mismos devotos católicos fueron quienes la santificaron, justificaron esta santidad, y han luchado hasta la fecha porque su creencia sea reconocida y respetada por la congregación religiosa a la que por herencia pertenecen. Y esto es válido en todos los aspectos; la creencia religiosa que tiene una persona, es digna de respetarse y eso no está en discusión. Querer imponer una práctica o creencia por la fuerza a alguien y a través de argumentos vacíos que solo benefician a la parte acusadora, no solo es inválido, si no absurdo. Ahora bien, ¿qué es lo que pasa con aquellas personas que rinden culto a la muerte de forma 100% pura?, si, si existimos personas así. Y pasa con nosotros que dichas aseveraciones cristianas terminan por ser absurdas; yo no me imagino a la muerte y a cristo metidos en un ring luchando a doce rounds, y que al terminar el doceavo asalto, el cristo termine ganando por decisión dividida tras un polémico encuentro... A no perdón, su argumento se basa en sus sagradas escrituras, que hablan de la supuesta resurrección que este experimento a los tres días de haber muerto, ¿cierto?; pues, quiero pedir una disculpa a todos aquellos que han afirmado esto, pero sigue sonando tan absurdos como si se hablara de la pelea dentro del ring. 
En principio de cuenta, ese libro del que tanto se han vanagloriado está escrito en parábolas, para quien no lo sepa, la palabra parábola, según el diccionario significa: "Narración breve y SIMBÓLICA de la que se extrae una enseñanza moral", es decir, cada palabra que está ahí escrita, debe ser comprendida desde un punto de vista afectivo y moral, no material y literal... "el que tenga oídos, que escuche".
Y otro punto importante a tener en cuenta, es que dicho libro ha sufrido incontables variaciones, modificaciones, traducciones, correcciones, etc. etc. que le han hecho perder su verdadero valor histórico y moral. Es por ello que cuando un amigo cristiano me ataca citando cualquier versiculo de su biblia, a mi no me queda hacer más que reír disimuladamente y responderle: "claro que si campeon, lo que tu digas", ¿cómo discutir con alguien que no entiende ni lo que él mismo está diciendo?.
Aclarado este punto, es preciso retomar la idea de la supuesta derrota de la muerte; si ya dejamos claro que lo que dice ese libro no debe ser comprendido tal cual, automáticamente dicho mito queda desvirtuado, y no a causa de mis argumentos, si no a causa de sus propios errores de comprensión.
La vida es un ciclo, como tal ha de llegar a su fin, todos los seres humanos le temen a ese fin, pero resulta que ese fin, no solo es inevitable y necesario, si no que puede resultar hasta placentero, pues el ciclo de la vida del hombre, a pesar de ser breve, puede resultar desgastante y doloroso. 
La carcasa que nos fue prestada, es perecedera, y resulta terriblemente absurdo querer aferrarse a ella eternamente con la idea de la resurrección y la vida eterna; es innegable que tenemos que cuidarla, conservarla y protegerla pues cumple con la función de ser el vehiculo que nos ayuda a transitar, desarrollarnos, aprender de este mundo y de la vida que nos ha tocado vivir para ser capaces de trascender más allá de nuestras propias limitaciones. Cuando dicha carcasa está ya muy desgastada o ha sufrido daños irreparables, el temor de todo hombre se manifiesta y se hace presente: La muerte está aquí... No como una plaga, no para castigarte, no para cobrar venganza, sino para ayudarte a comprender que los ciclos de la vida han de llegar a su fin y dar paso a nuevos ciclos, esa es la verdadera "inmortalidad" de la que tanto se habla en las religiones. La idea de que sean las carcasas las que se vuelvan eternas, además de ser ridícula, resulta ser un atentado muy grave en contra del equilibrio universal.